ÁNGEL GUIDO: “La influencia india en la arquitectura colonial” LA PRENSA, 1929. Segunda parte.
Continuación de Primera parte.
«UBICACIÓN GEOGRÁFICA
El estilo criollo del Sur tuvo un desarrollo sumamente vasto, geográficamente considerado. Su centro de gravedad, en el sentido de mayor densidad indígena, está después de nuestras últimas investigaciones en el lugar, en la zona comprendida por el lago Titicaca (12). En efecto, los ejemplares más típicos se encuentran en Juli, Pomata, Puno, Zepita, pongamos por caso, que son puertos del lago aludido. La tónica española, el pathos de la arquitectura hispana seis y setecentista, casi puede considerarse como ausente, dada la intensa influencia india que, como veremos, no solo lo es subjetivamente, psicológicamente, sino objetiva y arqueológica. Dicho estilo criollo irradióse en todo sentido; pero muy especialmente hacia el Norte y hacia el Sur. Hacia el Norte, hasta más allá de Quito, hasta confines con el estilo criollo del Norte, el mexicano, cuya influencia llegó hasta Colombia. Hacia el Sur, pasando por La Paz, Potosí, Jujuy, Salta, Misiones, Córdoba, es decir, hasta nuestra pampa.
Aquellas dos grandes derivaciones sufren en su trayecto influencias locales de todo orden: sociales, riqueza natural, telúricas, mayor o menor jerarquía como colonia, etcétera. Se pueden concretar estas sub-influencias en la siguiente forma: a) El mayor o menor alejamiento de aquel centro de gravedad de los Andes. b) La influencia del paisaje: la pampa plácida y la aspereza andina. c) La arquitectura de piedra distinta a la del ladrillo o adobe. d) La gran jerarquía del virreinato del Perú durante los siglos XVI, XVII y XVIII. a) La distancia geográfica desde aquelcentro de producción hispanoindia, tuvo sin duda influencia, no solamente en el sentido artístico, sino también en el técnico. Los principales prácticos y artistas, es decir, constructores albañiles, pintores, escultores, tallistas, se concentraban en el Norte Per´{uboliviano. Cuando se pretendía levantar una obra de mayores proporciones que las habituales, solicitábanse inmediatamente especialistas del Norte, casualmente de la región de mayor densidad india. (Recordamos, por ejemplo el caso de la catedral de Córdoba que durante su ejecución, y en vista de las grandes dificultades de todo orden para levantarla, bajó expresamente un arquitecto de Bolivia).
No es difícil darse cuenta, por la simple observación, que las relaciones artísticas y técnicas existieron continuamente; pero, por supuesto la distancia geográfica tuvo influencia en el sentido de mayor o menor densidad norteña, cosa, por otro lado, quesucediera a las irradiaciones de todos los estilos del mundo. b) Respecto a la influencia del paisaje, cabe señalar la diferenciada psicología de la pampa y de la sierra. Ello estructura con precisión, la emoción que trasciende tanto en la música como en la arquitectura regional. c) La diferencia fundamental entre la arquitectura de piedra y la de ladrillo, adobe, o cal y canto, debe tenerse muy presente. En efecto; el elemento arqueológico objetivo indígena difícilmente exorna el exterior de las construcciones de muros de cal, mientras que en los de piedra se abigarran con una abundancia extraordinaria.
La expresión, la tónica, sí existe, y flota en ambos ejemplares con la misma caricia criolla. Ejemplo de esto lo tenemos en el Norte, donde generalmente las catedrales están construídas en piedra pura y desnuda – Puno, Arequipa, etcétera -, mientras que las iglesias pequeñas o mansiones o viviendas comunes están construídas en ladrillos o adobes, y revocadas en cal. Las catedrales están exornadas extraordinariamente, mientras que las viviendas están desnudas, arqueologicamente, de todo elemento indio. Pero, repetimos, no por ello dejan de pertenecer al mismo estilo, como en la misma forma aconteció con todos los estilos habidos. d) La gran importancia en todo sentido, del virreinato del Perú, superior al del Río de la Plata, también tiene que tenerse en cuenta en la medida de la arquitectura colonial. Recordemos que Buenos Aires tenía poco más de veinte mil habitantes antes del 1800, y, casualmente, cuando aquel estilo hispanoindio termina, según ya mostráramos en otra ocasión (13). Todo lo realizado después y lo que se tiene por arquitectura colonial, por ejemplo en Buenos Aires, realizada por arquitectos italianos o franceses, no tiene nada que ver con aquella corriente de arquitectura criolla. Son dos expresiones de arte arquitectónico completamente distintas y separadamente estructuradas. La primera frontera se puede limitar alrededor del 1750; la segunda, interrumpido ya el estilo mestizo, alrededor del 1800, y la tercera, la cosmopolita, de la segunda mitad del siglo pasado, que barrió completamente todos los vestigios de arquitectura colonial.
Estas fronteras, además, se perfilan en la arquitectura urbana, mientras que se dilatan en la arquitectura rural campera, avanzando un poco más el estilo criollo, limpio todavía de aquellas intervenciones bastardas.
Estas anticipaciones deben tenerse presentes, a los efectos de tener una medida más o menos precisa de la dimensión estética de nuestro arte colonial. Solo así podrá penetrarse la estructura íntima del estilo criollo, comprendiendo su psicología matizada a través de su extendido escenario geográfico, gradaciones cuya expresión conserva un inquietante paralelismo con la música local, como ya hiciéramos notar en otra ocasión y en estas mismas columnas (14).
ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA HISPANOAMERICANA
Los elementos indios arqueológicamente exhumables de la arquitectura colonial del Sur son numerosísimos. Hasta el presente tenemos clasificados los que pertenecen a ejemplares diseminados en la proximidad de los centros poblados y de fácil comunicación, dado a los inconvenientes de todo orden que nos impidiera la investigación de los ejemplares levantados en lugares de acceso dificultoso y de necesaria disposición de un tiempo superior al dedicado en nuestros apresurados viajes de estudio.
En la generalidad de los casos, los motivos indios pertenecen al folklore decorativo incaico, considerando como incaico todo el arte diseminado en el espacio geográfico del Tahuantinsuyu, expresión de arte, por otro lado, que, pese a la cruel invasión española, siguió viviendo en el indio y en el mestizo, no solamente en aquel momento de gran producción hispanoamericana, sino hasta hoy. Estos, organizados en ejércitos de constructores, albañiles, pintores, tallistas, escultores (15), levantaban las catedrales católicas, sin por ello torcer su ancestral paganismo, y tapizaban sus rudos muros con los elementos de su arte vernacular y en una forma notable y digna de la más paciente investigación.
He aquí hasta hoy, clasificados los elementos indios puros, escondidos en aquella admirable arquitectura criolla, que torció violentamente la psicología del arte español seis y setecentista hacia una expresión nueva y saturada de un profundo espíritu americano.
MOTIVOS INDIOS ZOOMORFOS
Entre los numerosos ejemplos decorativos de la fauna indígena se pueden clasificar: 1) Monitos. 2) Papagayos. 3) Loros. 4) Tucanos. 5) Pájaros con copete. 6) Loros. 4) Tucanos. 5) Pájaros con copete. 6) Colibries o pájaros moscas. 7) Pumas. 8) Ibis. 9) Chinchillas. 10) Profusión de pájaros e insectos indígenas.
El extraordinario caso de la aplicación del puma en la arquitectura hispanoamericana lo tenemos por ejemplo, en sendos ejemplares en las dos bases de pilastras del frontispicio de la catedral de Puno. Monitos por ejemplo, en las pilastras de una portada de residencia en Juli. Papagayos en la catedral de Pomata. Loros, pájaros con copete, colibries, tucanos, chinchillas en las catedrales de Juli, Pomata, Santo Domingo de La Paz, Arequipa, etcétera.
MOTIVOS INDIOS FITOMORFOS
Entre los motivos de origen vegetal pertenecientes a la flora indígena y aplicados también la mayor parte de la decoración incaica, podemos citar: 1) Espigas y mazorcas de maíz. 2) Chirimoyas. 3) Flor de Kantucta. 4) Piñas o ananás. 5) Zapallos. 6) Plátanos. 7) Cocos. 8) Cacao. 9) Flor de pluma. 10) Una profusión abundantísima de frutas y flores indígenas.
Espigas y mazorcas de maíz en ejemplares de Pomata, Arequipa, Yanaguara. Piñas, chirimoyas, numerosísimas, por ejemplo, en aquellas mismas ciudades y en el palacio del marques de Villaverde en La Paz, portadas de la Compañía de Jesús y de Santo Domingo en Arequipa, etcétera. Flores de Kantucta, por ejemplo, en las pilastras del claustro jesuítico de la misma ciudad. Zapallos, plátanos, cocos, nuez de cacao, margaritas silvestres, flores de plumas, etcétera, en la portada Sur de la iglesia de Pomata se encuentran todos estos elementos, como también diseminados en la mayoría de pórticos y frontispícios de las iglesias y solares de los pueblos del Titikaka.
MOTIVOS INDIOS ANTROPOMORFOS
Como elementos decorativos arquitectónicos, clasificamos: 1) Indiátides exentas. 2) Indiátides aplicadas. 3) Bustos de indias o indios. 4) Semblantes de indios o indias. 5) Indios o indias en bajo relieve de piedra.
Indiátides exentas las encontramos, admirablemente aplicadas, en el conocido frontispicio de San Lorenzo de Potosí. Indiátides aplicadas, también podemos citar ese mismo frontispicio en las pequeñas impostas del arco central. Bustos y semblantes de indias o indios los encontramos en numerosos casos en las iglesias de Juli, en la de Pomata, en la de San Francisco de La Paz. Indias e indios estilizados los encontramos en el tímpano del frontispicio de la iglesia de San Pedro en Juli.
MOTIVOS INDIOS MÍTICOS.
Entre los motivos de la mítica india que pertenecieron a la astrolatría incaica, clasificamos: 1) El Sol con halo dentado. 2) El Sol sin halo. 3) La Luna, generalmente en cuarto. 4) Estrellas aisladas. 5) Estrellas en constelaciones. Respecto a la zoolatría y fitolatría india, algunos de sus motivos van incluídos en la clasificación anterior.
El Sol con halo radiado lo encontramos admirablemente esculpido en el citado frontispicio de San Lorenzo de Potosí, en su tímpano. También lo encontramos en los rizos de las columnas principales del frontispicio Surde la Iglesia de Pomata.
La luna en cuarto la encontramos también en aquel citado frontispicio en Potosí, en una hubicación simétrica con respecto al Sol. Igualmente estrellas en constelación, encontramos en aquel mismo ejemplar, y aisladas en los frontispicios de las Iglesias y Julio y de Pomata.
MOTIVOS INDIOS FOLKLORICOS
Una profusión de estos elementos es fácil exhumar en los recamados frontispicios citados anteriormente, como ser: flechas, polleras emplumadas, medallas, discos curiosos, trenzados, anillos, broches, prendas de vestir, etcétera.
CONCLUSIÓN
Todos estos elementos están esculpidos en piedra, exclusivamente. Ninguno de los elementos citados se refieren a los de talla en madera. Todos pertenecen a la arquitectura mayor. La técnica decorativa con que fueron aplicados no respondió absolutamente a los ritmos ornamentales de la arquitectura española en aquel momento, que era barroca en el siglo XVII y ultrabarroca a principios del XVIII. Pero este análisis pertenecería ya a un capítulo aparte de los que nos propusieramos hoy. Nos referimos al problema estético y que oportunamente daremos cuenta de él.
Nuestro propósito ha sido, abordando el problema por el flanco arqueológico, traer sencillamente, algunos motivos indios puros de la arquitectura hispanoamericana del Sur. Y estos elementos, repetimos, no solamente dislocaron la decorativa hispana de aquel momento, sino que torcieron la psicología total de aquella arquitectura barroca y ultrabarroca, surgiendo entonces el nuevo estilo: el estilo mestizo o hispanoindio.»
(1) «Fusión hispanoindígena en la arquitectura colonial». 1924 (Obra). «Arqueología de la arquitectura hispanoamericana. (Conferencia) 1928. «Eurindia arqueológica», LA PRENSA. 1928. «Eurindia de la arquitectura hispanoamericana». 1928 (Conferencia).
(2) El barroquismo hispanoincaico a través de Wölfflin» 1927 (Obra).
(3) «Orientación espiritual de la arquitectura en América» 1927 (Obra).
(4) «Fusión hispanoindígena en la arquitectura colonial». 1924 (Obra). «Influencia aborigen en la arquitectura colonial 1928.
(5) «Los poetas de Bolivia», Gustavo Adolfo Otero. 1928. Conferencia pronunciada en Barcelona y editada en obra.
(6) «La esencia del estilo gótico», Worringer, 1928.
(7) «Entwicklungsgesetse den bledhauerkunkat angewevdet auf die baugeschichte», por Fritz Krischen. Danxig. 1928.
(8) «Grundbegriffe der kunstwissenschaft». Schmarsow. 1905.
(9) » Barockunst in Rom» Riegl. 1928.
(10) «Rembrabdt y Spinosa», Gebbardt. «Revista de Occidente», marzo 1929.
(11) «Prolegomena eu einer psychologie der architektur». Wölfflin, Munich, 1896.
(12) «Arqueología de la arquitectura hispanoamericana», 1928. (Conferencia).
(13) «El barroquismo hispanoincaico a través de Wölfflin». 1927.
(14) «Córdoba». LA PRENSA. 1929
(15) «La ciudad de los Incas». Uriel García.»
Imágenes ilustrativas de obras o libros de Ángel Guido. Las del Diario La Prensa pertenecen a la transcripción del artículo.
[ad name=»468×60″]
Archivo y Biblioteca Museo Histórico Provincial Julio Marc
Arq. Ángel Guido. LA PRENSA. Año LXI – Num. 21792- Dirección y Administración: Av. de Mayo 575, Buenos Aires U.T. 33 Av. 100. SECCIÓN SEGUNDA .Domingo 20 de octubre de 1929. Talleres de rotograbado de LA PRENSA. Maq. 1