- Diversificar es una de las pautas de las empresas, pero puede ser peligroso para las grandes marcas de lujo que se acercan al límite. Se realizan las asociaciones más inauditas, por ejemplo flores de Armani o heladeras de Dolce & Gabbana.
Las firmas de lujo vienen incursionando hasta en los electrodomésticos, por ej. Smeg, para producir frigoríficos numerados, cafeteras, licuadoras y exprimidores, tan coloridos y tan aparatosos como exclusivos se asoció con Dolce & Gabanna produciendo solo 100 de cada uno (por ahora).
Es una diversificación de esta marca y de D y G hacia el terreno del hogar, y ésto es una apertura para habituar a sus fans a distintos objetos de consumo.
Lo próximo de las grandes marcas serán artículos de limpieza con la etiqueta de Prada o pañales by Karl Lagerfeld. Y hay más suposiciones , por ejemplo: aceptamos una comida con porcelana de Hermès pero aprobaríamos una aspiradora de Kenzo o Fendi?
En general, las compañías de esta industria, con decenas de años, se cuidan de llevar su negocio a otros territorios, porque corren el riesgo de arruinar su imagen. Así que aciertan las que se limitan a hacer lo que saben hacer bien y buscan asociaciones con marcas que comparten su mismo nivel de excelencia cuando desean salir de su entorno. Pero, aunque pertenezcan al sector del lujo, estas empresas también quieren crecer.
El ejemplo es Giorgio Armani, la diversificación bien hecha. Creó nuevas marcas para que no afecten a la principal. Lo hizo con Armani/Casa, Armani Beauty, Armani/Hotels, Armani/Dolci, sin perder nada de su glorioso diseño y exclusividad.
A Prada, Gucci y otras marcas les salió bien saltar de una categoría de productos, vestidos y trajes, a otra de bolsos y accesorios, todo dentro de la moda. Sus clientes también pasaron a consumir perfumes como extensión de marca. Bulgari apenas superó que, además de joyas, venda pañuelos y cosméticos como sucede con Cartier y sus bolsos.
Las marcas van a donde está el mercado.