«El Rulero», la Torre Prourban, patrimonio del siglo XX.
- Ubicado en Av. Del Libertador y Carlos Pellegrini , en el Barrio de Retiro, la Torre Prourban que por su forma cilíndrica y aventanamiento regular y repetitivo, la gente lo denomina simplemente como “El Rulero”.
“El Rulero” en 1986, tenía el cartel más alto de Buenos Aires de publicidad con 600 metros cuadrados y la mejor ubicación. Para construirla se usaron 20 toneladas de perfiles de hierro y 10 de chapa galvanizada. La iluminación contó con 3.000 metros de tubos de alta tensión que funcionaban a neón. Mostraba los logotipos de Fiat y Peugeot, que fabricaba la firma Sevel Argentina, de Franco Macri. La publicidad ahora es de Claro.
La Torre Prourban se identifico rápidamente en la gente con un elemento plástico que fue usado en las peluquerías para el cabello. Es un cilindro de plástico enrejado de distinto tamaño. El Prourban parece un «rulero» de allí su apodo.
“El Rulero” ya tiene más de 30 años en esa esquina. Comenzó a construirse en 1979 y se terminó en 1983. Las empresas constructoras fueron Eugenio Grassetto SA y Sideco Americana SA. El proyecto de 1978 de la desarrolladora Creaurban, del Grupo Socma, de Franco Macri, que se lo había encargado al estudio M/SG/S/S/V de Flora Manteola, Javier Sánchez Gómez, Josefina Santos, Justo Solsona y Rafael Viñoly, arquitecto asociado a Carlos Salaberry.
El terreno el que está implantado tiene unos 4.200 metros cuadrados, que no se ocupan para poder crecer en altura, llega a los 107 metros con 30 plantas y 30 de diámetro, el resto son jardines. La ubicación es uno de los lugares claves de la ciudad de Buenos Aires, Av. Libertador 480. La estructura de hormigón armado opaco y moldeado con estructuras metálicas. Las ventanas son cuadradas y tienen vidrios de dos por dos metros . El pórtico de la entrada está revestido en granito. Por allí se accede a un hall de 10 metros de alto, y dos paliers con ocho ascensores que llevan a 27 pisos destinados a oficinas. El hall principal tiene los pisos cubiertos con lajas de San Luis y las paredes revestidas con mármol blanco.
Todo lo relacionado con los servicios, escalera y ascensores, queda en el centro del edificio, lo que permite que cada planta tenga mayor espacio para las oficinas. Tiene tres subsuelos para las cocheras y los pisos 28 y 29 se destinaron a la sala de máquinas y tanque de agua.