Artículo publicado en el libro «Las huellas de un símbolo» Monumento Nacional a la Bandera Rosario. Autor del artículo Arq. Ana María Sánchez
Ya sea por la fusión hispanoindígena de la arquitectura colonial aplicada en sus obras de arquitectura, ya como autor de un libro que refiere a la interpretación de los procesos culturales de Hispanoamérica, ya por los caminos del neocolonial o de los lineamientos que dictados por el nacionalismo, Angel Guido, rosarino (1896/1960), urbanista, ingeniero, arquitecto, docente, escritor, siempre estuvo en la búsqueda, de afirmar una identidad nacional.
Y es en la búsqueda de esa identidad, que realiza viajes al norte de nuestro país, a principios del siglo XX, a Salta, Jujuy, Bolivia, y Cuzco en compañía de otros hombres unidos por el mismo interés. En esos recorridos realiza dibujos plasmando las fachadas de la arquitectura colonial, de imágenes y esculturas hispanoamericanas y dejar así testimonio y registro de lo visto.
Estos viajes son compartidos con hombres de su época, entre ellos el Dr. Julio Marc,
Esta conjunción, los lleva a forjar la idea de creación de un Museo que se concretó a partir de sus colecciones[1] personales, reuniendo en esos objetos el soporte de la buscada identidad nacional. Así nace el Museo Histórico Provincial Dr. Julio Marc, del que Ángel Guido, además de ser, gestor, fue proyectista en dos oportunidades y el Primer Secretario del mismo.[2] También fue Guido uno de los que en función de ese interés, alentó a las familias rosarinas a realizar donaciones al museo de sus colecciones particulares de pintura, escultura, numismática, platería, artes decorativas así como también documentos, libros, fotos y objetos personales.
Hoy, para comprender esa etapa es necesario hablar de coleccionismo.[3]
La clase dominante y el coleccionismo se relacionan fuertemente a lo largo de los ciclos históricos en un fenómeno típico de la ideología, el arte y la cultura[4] . Así las colecciones que inicialmente formaron los museos, donadas por elites, ilustradas, económica y políticamente poderosas, también impusieron sus valoraciones y juicios estéticos, ejerciendo una influencia indiscutible sobre el proceso cultural. Coherentemente con esto, los países dominantes formaron gran parte de sus museos con colecciones acrecentadas en expediciones para reunir bienes de otros países, aún sin permiso de ellos, y, en ocasiones, adquiridos formalmente en anticuarios, o a través del tráfico ilícito de bienes culturales.
La colección se ha dado en muchos países y es una forma de acumulación que produce prestigio con la exhibición de lo poseído y al mismo tiempo se relaciona con lo oculto de los templos, mansiones y mausoleos. De hecho, gran parte de las colecciones de nuestros museos, ha tenido su origen en países del mismo continente, como ser Bolivia, Perú, Paraguay.
El origen del coleccionismo de objetos de arte, arqueológicos u otras variantes, está vinculado a un proceso complejo del que participan diversos factores: colonialismo internacional, intereses religiosos, necesidad de afirmación de una condición económica y surgimiento de una actitud de apreciación de ciertos objetos que trascienden el orden de lo cotidiano y dan origen a una idea de pertenencia y afirmación en busca de una identidad para una sociedad.
La historia de muchas de las piezas que forman las colecciones de los museos muestran esta compleja transfiguración que sufrieron los objetos al transitar dentro de una sociedad y entre sociedades como bien personal , mercancía , botín de guerra o como parte del patrimonio cultural , dentro del proceso que Nicolás Thomas denominó «promiscuidad de los objetos«.[5]
La vocación por coleccionar puede entenderse como la selección, adquisición y posesión de objetos de valor subjetivo. El coleccionismo es una manera de posesión y de relación con los objetos que lleva al sujeto colector a involucrarse emocionalmente, por esto la práctica se manifiesta de una forma que puede calificarse de «obsesiva”.[6]
Existe una amplia gama de variaciones personales entre el tipo de objeto coleccionado, las formas de coleccionarlo y guardarlo, pero junto a estas particularidades hay prácticas que están ligadas a una forma de valoración del objeto, al que se le adjudica poderes especiales y se lo transforma en un símbolo.
La clasificación, el orden, y el establecimiento de reglas entre los objetos son las características principales de la formación de una colección, porque mediante ellas se construye las series de objetos con distintos niveles de significación.
La colección no es solamente un conjunto más o menos ordenado de objetos, es fundamentalmente una forma de pensar y concebir relaciones significativas entre objetos y a su vez de estos con el contexto social al cual pertenecen. Coleccionar implica tanto realizar formas de valoración como de ordenación racional para ese conjunto de objetos y, construir, “una actitud que haga posible la apreciación del conjunto de fragmentos como un todo coherente”[7].
Los objetos son el vehículo a través del cual se expresan intenciones, deseos, pero también contribuyen a crear un sentimiento de identidad, funcionan como fuente de autodefinición. El valor asignado a las piezas, puede incluso expresarse en una suerte de «subjetivización del objeto«[8], en este juego de identidades se les asigna nombres que los particularizan y distinguen. Para el caso de las colecciones que formaron el Museo Histórico Dr. Julio Marc, tenemos por ejemplo: la Colección Cafferata de Numismática y Medallística, que donó al Museo el Dr. Alfredo Cafferata; la Colección de Pintura Colonial, donada por Ramón y Angel García. La colección de Platería Gauchesca, donada por Ricardo y Julio Marc. Las donaciones realizadas por Doña. Firma Mayor de Estévez, de Arte Decorativo, entre otras. La colección de 10 pinturas en gouache sobre reconstrucción de sitios o lugares históricos, de la pintora Leonie Mathis, comprados por Julio Marc y donados al Museo; colecciones de armas, colecciones de mobiliarios y arte decorativo pertenenciente a propiedades que fueron demolidas y también donadas al Museo.
Los objetos al integrarse a una colección, sufren una metamorfosis en la que parecen relacionarse entre sí de una manera que, desdibuja los vínculos que los formaron como tales. Al separar los objetos de sus relaciones originales, la colección forma un nuevo contexto para su valoración e interpretación a la vez que se constituyen en un conjunto significativo para el conocimiento.
La serie, refiere de un objeto a otro y convierte la relación entre objetos en el foco principal de interés, así es la forma de comprenderlos, al mismo tiempo que evidencia las relaciones construidas en momentos históricos particulares. El origen de esas relaciones está en los vínculos que enlazan los sujetos con los objetos y a través de ellos con otros hombres y mundos, revalidados por sus conceptos, valores, prácticas e intereses.
Esta forma de pensar nos remite a la reconstrucción del pasado en instituciones específicamente concebidas con esta finalidad, los museos y es de esta forma que nace el Museo Histórico Provincial “Dr. Julio Marc” en Rosario.
El estudio de la conformación de las colecciones y su disposición museográfica en espacios de exhibición, atañe a las ciencias sociales, ya que estas instituciones participan en la conformación de representaciones y valores sobre el pasado y presente de las sociedades. El museo, establece series de objetos que participan en la formación y legitimación de esas representaciones a través del estudio y posterior materialización de un guión museológico. En él se reúnen y exhiben conjuntos de objetos que tienden a otorgar un sentido al pasado desde el presente, actualizando de una forma particular la relación entre ambos.
A la formación de conjuntos de objetos, armónica y coherente, con la aplicación del guión museológico, está el deseo de dar un sentido y orden permitiendo al visitante aprehender la historia, a través de sus restos materiales. También la formación de estos conjuntos significativos está intervenida por los conceptos teóricos, valores e intención de los técnicos que estudian su investigación, preservación y exhibición. Esto es, » la exhibición no es la historia misma, sino su evocación basada en una organización e interpretación particular de los fragmentos del pasado». [9] Desde el presente es una forma de reconstruir el orden y sentido de un tiempo que se muestra por partes o períodos y está materializada por objetos. Este intento también está vinculado al deseo de reconstruir una identidad con raíces en el pasado. Diana Massa expresa: “las exposiciones museográficas son espacios privilegiados para presentar imágenes de uno mismo, y de los «otros», ya que a través del orden de los objetos y del control de lo representado se pone en juego incluso la definición de un sentido de identidad”.[10]
En nuestro país, sólo para citar algunos de los numerosos ejemplos, el actual Museo Histórico Larreta, el Museo Fernández Blanco, ambos en Buenos Aires, y el Museo Marc en Rosario, creados en tiempos simultáneos, formaron e incrementaron su acervo con la suma de colecciones de familias ilustres de la época.
En el momento de traslado de colección personal a pública los conjuntos de objetos se incorporan para formar parte del patrimonio cultural del Museo, por efecto de la donación, y conservan la característica personal del individuo o individuos que dieron orden y coherencia a ese grupo de objetos.
El sentido que dio carácter al conjunto se prolonga y traslada a los inventarios, registros, depósitos, exhibiciones y catálogos de los museos; se lo somete a las prácticas museológicas de conservación, e investigación que se realizan con los objetos. Se reconocen y maniobran como un conjunto coherente que generalmente es identificado con el nombre de quien formó la colección. En el espacio de los museos, continúa siendo identificada, aunque en el proceso de patrimonialización[11], se dé a los objetos nombres y valores asociados a la interpretación pública, pero en el inventario del Museo estarán registrados siempre como parte de ese conjunto original.
Los museos históricos pueden contener todo tipo de obras de arte, y objetos, pero su objetivo, en esa época (1931), era narrar de forma cronológica un periodo determinado, por eso el interés de Angel Guido y ese grupo de amigos, para conferir identidad a nuestra sociedad y materializarla, en el Museo Histórico Provincial “Dr. Julio Marc” sustentado en tan valiosas colecciones.

El edificio del Museo Histórico Provincial “Dr. Julio Marc.”
En la publicación “Los Anales del Museo” en el Capítulo IV dice: “Lugar de emplazamiento y edificio. Su ubicación ha transitado diversas circunstancias…cuando Rosario constituía un centenar de manzanas existía el casco de la estancia de la Familia Tiscornia.”
Cuando se produce en Rosario la expropiación de los terrenos en la Intendencia Lamas, para la ejecución del Parque, llamado De La Independencia, y una vez habilitado el mismo, el casco de la Estancia de la familia Tiscornia, no fue demolido y fue adaptado “con modificaciones” para funcionamiento de oficinas, vivienda, almacenamiento y talleres del Sector de Alumbrado Público de la Ciudad. El Jefe de Alumbrado, en ese entonces, Sr. Rodolfo Castelli se instaló allí con su familia; de sus descendientes aún viven Nélida Castelli de Cabanellas y Susana Castelli que habitaron en la casa hasta 1925 y conservan fotografías del exterior y de su interior. Balaustradas de mármol blanco en ingreso, mampostería de ladrillos comunes de 0.45 de espesor, techo de bovedillas con rieles de hierro, y la arboleda de eucaliptos, que sigue en pié.
En 1933 la Municipalidad de Rosario comienza reformas destinadas a un Museo de Bellas Artes, en el ex – casco de la Estancia de los Tiscornia, pero luego cede el edificio a la Provincia para la concreción del Museo Provincial.[12]
Es así, que el Arq. Angel Guido parte de un edificio construido y con modificaciones para su proyecto de Museo. “ Tiene como frente principal el Oeste,…se destacan 3 grandes estatuas del escultor Troyano Troiani, con las leyendas: AMÉRICA INDIA, AMÉRICA COLONIAL, HISTORIA PATRIA.” La fachada se modificó estando la obra ya en curso, como lo corrobora un documento encontrado en la Biblioteca del Museo, en donde Dr. Julio Marc conjuntamente con el Arq. Guido solicitan “por el mismo costo y con acuerdo de la Empresa Constructora Benito Roggio e Hijos,” a Obras Públicas de la Provincia el cambio de fachada por una más acorde al destino Histórico del mismo. (1939)
El Edificio responde a una línea de pensamiento que apunta a integrar la visión americanista con ciertos rasgos de la filosofía de la historia y con las tendencias contemporáneas de la arquitectura europea, preferentemente alemana. Decía el Arq. Guido “ es que las arquitecturas, los estilos, son hijos legítimos de un pueblo determinado que tiene sus idiomas, su paisaje, sus costumbres, sus alegrías, sus tristezas, sus bondades, sus defectos y la forma, misteriosamente se han ido modelando casualmente merced a esos caracteres”. [13] Su propuesta era: 1) reducir la acción de la arquitectura ecléctica cosmopolita en América; 2) profundizar las formas de origen americano; 3) valorar el paisaje americano como motivo de inspiración , y 4) recoger la orientación espiritual y estética más robusta de Europa. El Arq. Ángel Guido no acuerda con el pensamiento de Le Corbusier y aseveraba que “la standarización hace de la arquitectura una industria innoble y no un arte, o lo que es lo mismo convierte al arquitecto en traficante o comisionista en lugar de hacerlo un artista”[14]
Debido al aumento de las colecciones, por el aliento, que tanto Guido, Marc y otros realizaran a las familias para que hicieran donaciones, fue necesaria la primera ampliación del Museo. La realiza el mismo Arq. Ángel Guido y se trata de una obra que supera en importancia y superficie al primer edificio.
Esta intervención se podría caracterizar como consensuada, puesto que acordaron para ella tanto las fuerzas políticas, como sociales y culturales de la ciudad y la provincia. Pero hay algo que diferencia a esta intervención de las múltiples que ha sufrido este edificio. Habiendo sido el Arq. Guido un seguidor de lo hispanoincaico como se evidencia en la fachada oeste de 1939, la ampliación del edificio es más importante, tanto en superficie como en su emplazamiento y ubicación que el edificio original. “ Se ha inaugurado en emotiva ceremonia…, diez salas más, tres en planta baja y siete en la alta, además de un nuevo frente, en igualdad con la jerarquía adquirida por el Instituto en estos últimos años..” “la Municipalidad… dispuso el ensanche de la Avenida en su nuevo frente, como también el remodelamiento del Parque en toda la zona de sus adyacencias”…[15].
Se realiza una importante explanada, se traza una calle exclusiva para su acceso, se remodelan los jardines adyacentes, se ilumina , es decir que el entorno acompaña a esta obra en su magnificencia. Es que el Arq. Angel Guido ha evolucionado en sus pensamientos, y para él la identidad nacional se manifiesta con otras formas: se debe a las premisas ideológicas que alcanzan auge en nuestro país en las épocas de las guerras mundiales, donde cobra importancia el estado, y la jerarquía se basa en la representatividad oficial, en la solidez de las instituciones; el poder del estado manifiesta ingerencia en el plano económico, político y social. La arquitectura edilicia se expresa con ideas de monumentalidad y valoración simbólica de la obra. El orden político se traslada al orden arquitectónico, con la adopción del neoclasicismo. Las influencias fascistas de Europa ayudaron al énfasis de propuestas de raíz nacionalista. Los símbolos eran solemnes, recios, sobrios, monumentales, sólidos, fríos, y repetitivos. En la nueva fachada del Museo se expresa entonces la idea de mole, con una forma perfecta, aséptica, donde la calidad de los materiales (mármoles) y la escala son ideas rectoras del diseño. Estas mismas ideas retornan al clasicismo griego: las series de columnas de la fachada, las escalinatas, la simetría. Estamos ubicados históricamente en pleno gobierno peronista,: Banco Hipotecario, Hospital de Clínicas, Facultad de Derecho, etc. Son obras representativas de esa época y lineamientos similares a los que materializó Ángel Guido en la ampliación de su propia obra. No podríamos decir que es una intervención “vedetista”, aunque el Arq. Ángel Guido aseguró su trascendencia en el tiempo con ella. A partir de esta ampliación, tal vez por haber sido realizada por el mismo autor, el edificio se ve como uno solo, incluyendo las intervenciones de ampliación posteriores de otros autores, hoy se dice que el Museo Histórico Provincial es Obra de Ángel Guido.
La obra del Monumento a la Bandera en Rosario, cuyo concurso ganaron Guido y Bustillo en el año 1949, ha sido junto al Museo Histórico Provincial prácticamente de creación simultánea. El Monumento a la Bandera encuadra en los mismos lineamientos, simetrías, explanadas, escalinatas, y series de columnas, de luminarias; asepsia y frialdad en la elección de materiales. Es verdaderamente monumental y de gran simbolismo, es un icono de la Ciudad de Rosario. Responde y es coherente con las ideas de búsqueda de identidad y representación de lo nacional conjuntamente con el edificio “Museo Histórico Dr. J. Marc” del Arq. Ángel Guido.
BIBLIOGRAFIA
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GARCÍA CANCLINI, Néstor . «La Política cultural en países en vía de subdesarrollo» en Rita Ceballos (editora) ANTROPOLOGIA Y POLITICAS CULTURALES. PATRIMONIO E IDENTIDAD, Buenos Aires, 1989.
GARCÍA, Stella Maris . «El Museo Histórico Nacional y la Historia» en: ACTAS DE LA l JORNADAS NUESTROS MUSEOS, Buenos Aires, pp. 83-86. 1992
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GUIDO, Angel. Catálogo. Exposición de Arte Religioso Retrospectivo.
“Coronación de la Virgen del Rosario- 4 de Octubre de 1942.
GUIDO, Ángel. Redescubrimiento de América en el Arte. Carta de Ricardo Rojas como presentación. Librería y Editorial El Ateneo. Tercera Edición. Imprenta F. Mercatelli. Impreso en Argentina. 30 de Setiembre 1944.
LEÓN, A. El museo: teoría, praxis y utopía. Cuadernos Arte Cátedra, Ed. Cátedra, Madrid. 1995.
MUENSTERBERGER, Werner . COLLECTING, AN UNRULY PASSION. PSYCHOLOGICAL PERSPECTIVES, Princeton, New Jersey, Princeton University Press. 1994
MORALES, Luis Gerardo. ORIGENES DE LA MUSEOLOGIA MEXICANA. FUENTES PARA EL ESTUDIO HISTORICO DEL MUSEO NACIONAL, 1870-1940, México, Departamento de Historia, Universidad Iberoamericana. 1994
PEARCE, Susan. MUSEUMS, OBJECTS AND COLLECTIONS. A CULTURAL STUDY, Washington, D.C., Smithsonian Institution Press. 1993
PIANETTO MARÍA R. B. Y MARÍA INÉS SGARIGLIA. La recuperación de testimonios para el estudio de la historia local y regional. El caso del Archivo del Museo Histórico. Prov. de Santa Fe.
PIANETTO, MARÍA ROSA Ensayo. El Museo Histórico Provincial Dr. Julio Marc. Una diagnosis y una perspectiva. Universidad Nacional de Rosario. 1986.
DOCUMENTOS: Archivo del Museo Histórico Provincial Dr. Julio Marc. Anales del Museo Histórico Provincial, Notas Oficiales, Decretos Municipales y Provinciales mencionados, pertenecen al Archivo del Museo Marc.
HEMEROTECA. Museo Histórico Prov. Dr. Julio Marc.
LA PRENSA. Sección Segunda. 8 de Julio de 1939. Buenos Aires. “Un Museo de trascendencia Americana”. Creación del Museo Histórico Provincial en Rosario. LA PRENSA. Sección Segunda. 20 de Julio de 1939. Buenos Aires. “Creación del Museo Histórico Provincial” Fotos y comentarios de su inauguración.
[1] Colección: Del lat. collectĭo, -ōnis Conjunto ordenado de cosas, por lo común de una misma clase y reunidas por su especial interés o valor. Colección de escritos, de medallas, de mapas www.rae.es
[2] El Decreto Provincial Nº 252 del 4 de Julio de 1939 firmado por el Gobernador Dr. Manuel Iriondo, dice:
“Art. 1.- Créase en la ciudad de Rosario el Museo Histórico Provincial que funcionará en el Edificio construído al efecto.
Art. 2.- Confírmese con carácter ad-honoren, como Director al Dr. Julio Marc.
Prof. Juan Mantovani , Ministro de Instrucción Pública y Fomento, se nombra al Ing. Arq. Ángel Guido Secretario del Museo Histórico Provincial.”
[3] Coleccionismo: 1- Técnica para ordenarlos debidamente. 2- Afición a coleccionar objetos. www.rae.es
[4] León, A. 1995
[5] En la «vida» de los objetos, ni las significaciones particulares que se les asignan ni los tipos de relaciones en los que están implicados son estables. El valor acordado a un bien deber ser interpretado en términos de contextos sociales específicos tanto como en el nivel abstracto de la lógica económica. Nicolás Thomas ,»Objects, Exchange, Anthropology».
6 La caracterización de una forma de comportamiento como obsesiva no está utilizada aquí como expresión de conductas patológicas. Se refiere a la recurrencia de ciertas prácticas que lleva a un involucramiento emocional con los objetos y se manifiesta en la necesidad de su repetición.
[7] KIRSHENBLATT GIMBLETT, Barbara. «Objects of etnography» en: Ivan Karp and Steven Lavine (editors) EXHIBITING CULTURE. THE POETICS AND POLITICS OF MUSEUM DISPALY, Smithsonian Institution Press, pp. 386-443. 1991
[8] MUENSTERBERGER, Werner . “Collecting, an unruly passion. psychological perspectives”, Princeton, New Jersey, Princeton University Press. 1994
[9] Morales,1995
[10] MASSA, Diana. FRAGMENTOS SIGNIFICATIVOS. Reflexiones Sobre la Subjetividad Expresada a Través de la Colección.. www.naya.org.ar/articulos/museologia06.htm
[11] Patrimonialización, “es el conjunto de acciones tendientes a la constitución de productos culturales en bienes patrimoniales de una sociedad que se caracteriza por una forma histórica de acumulación , la conformación de un conjunto de bienes como base de un saber objetivado, su expansión mediante la educación institucional y su perfeccionamiento por la investigación y experimentación sistemática, Este proceso está atravesado por las acciones del Estado, movimientos sociales y el sector privado” García Canclini:1989.
[12] El 20 de Julio de 1936, el Interventor Federal de la Prov. de Santa Fe, Dr. Carlos Bruschman, dicta el Decreto Nº 479 nombrando una comisión honoraria para la creación de un Museo, integrándola el Dr. Julio MARC y el Ing. Arq. Ángel Guido entre otros.
En septiembre de 1936 un nuevo decreto, el Nº 695 del 17 de setiembre de 1936 de la Intervención Provincial, en su Art. II liquidaba dicha comisión y nombraba al Dr. Julio MARC, con carácter ad-honoren, Director del Museo Científico en la ciudad de Rosario, con secciones de Ciencias Naturales, Etnografía y de Historia.
El Dr. Julio Marc recurre al Intendente Dr. Culaciatti (Nota de puño y letra sin firma dirigida al Sr. Museo donde se compromete a ceder el edificio) y por Decreto Nº 1731 del 27 de noviembre de 1936 obtiene la Cesión Provisoria de un inmueble ubicado en el Parque de la Independencia que estaba en reformas para albergar el Museo Municipal de Bellas Artes. (Casco de estancia de la Flía.Tiscornia)
El Gobierno provincial lo toma y destina fondos para su cuidado y comienza a llamarle Museo Provincial de Rosario.
El 28 de Enero de 1937 la Subsecretaría de Instrucción Pública y Fomento de Santa Fe envía Nota a Dr. Julio Marc informando que obtiene la firma para el acuerdo de $ m/n 60.000.- para terminación del Edificio.
El 29 de Mayo de 1937, por Decreto Nº 667 el Intendente de la Ciudad de Rosario, Miguel J. Culaciati , Decreta … “Art. 1º.- Cédese a perpetuidad al Gobierno de la Provincia, con destino a un Museo, el inmueble ubicado en el Parque Independencia, junto al Jardín de Niños, sobre el que se ha empezado a construir un edificio para tal fín y que oportunamente fue cedido con carácter precario, por Decreto de fecha 27 de noviembre del año ppdo.-“
[13] Fusión Hispanoindígena en Arquitectura Colonial. A. Guido 1925.
[14] Arquitectura hispanoincaica a través de Woelflin, A. Guido.1927.
[15] Prólogo de la Inauguración Octubre de 1951