- Jean Nouvel reinterpreta la arquitectura árabe en su obra del Museo Louvre en Abu Dhabi.
El arquitecto francés inauguró este miércoles 8 de noviembre su Louvre Abu Dhabi, catedral del arte en los Emiratos Árabes Unidos, donde reinterpreta elementos tradicionales de la cultura islámica.
La imagen de Van Gogh se acentua en la sala del Louvre de Abu Dabi en la que uno de sus autorretratos es la atracción principal. Unos 300 periodistas recorrían en el día de su presentación al mundo el interior de la última creación del arquitecto Jean Nouvel. Tras la visita este martes del presidente francés, Emmanuel Macron, el museo abrirá el sábado, 11 de noviembre, sus puertas al público tras 10 años. El coste de su construcción ascendió a más de 500 millones de euros.
Caminando por sus salas, es inevitable pensar que la cultura de la franquicia artística tomó una decisión atrevida al instalarse en otra cultura. Tiene sentido lejos de su contexto occidental una pintura de Mondrian, primera obra que el museo adquirió en 2009 para su colección permanente? Seguramente el mismo, opinó Manuel Rabaté, director de la sucursal en el emirato, que cuando Napoleón se llevó de regreso de su campaña egipcia, a finales del siglo XVIII, un montón de piezas de arte que acabaron en el acervo del museo del Louvre, el más visitado del mundo, 7,3 millones de entradas en 2016.
Algunas de esas obras vuelven a la región, junto al célebre retrato del emperador cruzando los Alpes, de Jacques-Louis David. “¿No ha sido siempre ese intercambio de objetos el que ha regido la historia de los museos?”, se preguntó Rabaté después de una conferencia de prensa en la que se agotaron los superlativos (“un día histórico”, “el más ambicioso proyecto Louvfredel siglo XXI”, “un evento que será recordado durante generaciones”…).
La majestuosa cúpula de 180 metros de diámetro y 7.500 toneladas que cubre el complejo es el centro de atención. La celosía, perforada por estrellas de formas irregulares, deja entrar el sol creando reflejos caprichosos en el patio en torno al que se articula el museo. Este martes, un día de noviembre por encima de los 30 grados, se han agradecido las corrientes de aire que la estructura propicia.
El efecto buscado es el «de un ágora», explicó Nouvel. A su alrededor se levantan los 55 cubos blancos que albergan las galerías, el restaurante y el resto de las zonas comunes. “Quiero pensar en el conjunto como en una medina árabe, con sus calles estrechas que separan las casas”, dijo el arquitecto, que defiende como estrategia la mimesis con las tradiciones constructivas del lugar frente a los edificios que caen como “paracaidistas”.
Jean Nouvel encontró nuevas soluciones al reinterpretar la arquitectura de tradición islámica, si comparamos el nuevo Louvre con el Instituto del Mundo Árabe, su primer edificio a orillas del Sena, hace ya 30 años, cuyas celosías mecánicas ya anunciaban su obsesión por la filtración de la luz, una constante en su carrera. Aun así, el arquitecto no quiere oír hablar de marcas de estilo. “Para mí, tener un estilo no es repetir el mismo vocabulario formal ad nauseam. Es apostar por la permanencia de una actitud intelectual”, contesta Nouvel. Es decir, responder siempre a ese sacrosanto contexto. “Uno de los problemas de los arquitectos del siglo XX es que se consideraron artistas. No digo que lo que hacían no fuera arte, pero se les contagió una enfermedad muy propia de los artistas: apropiarse de un campo formal y luego no salir de él. Trabajar con el color blanco, construir solo con ladrillo o limitarse a crear formas triangulares. Pero, a diferencia de un artista, un arquitecto nunca está solo en el mundo”, dice Nouvel, que se inició como pintor antes de convertirse en discípulo de Claude Parent, padre de la función oblicua. Nouvel se repone con esta catedral del arte en las dunas del desierto al desengaño que supuso su último proyecto de envergadura, la Filarmónica de París, inaugurada en 2015 . Este Louvre quedó a salvo de la controversia en el microcosmos cultural francés. Pocos meses antes de su llegada al frente del proyecto, una pequeña multitud de comisarios y teóricos franceses se negaron a aceptar lo que consideraban una prostitución del patrimonio francés a cambio de un puñado de petrodólares. “Me escandalizó. Se dijeron cosas como ‘¿Para qué necesitan ellos un museo?’ o ‘¿Cuidarán bien de nuestras obras?’. La polémica se desinfló cuando quedó claro que esos argumentos eran propios de la extrema derecha”, comenta Nouvel. El arquitecto no cree que la cultura religiosa de los Emiratos y la falta de libertades cívicas, como la de expresión, supongan un problema para desarrollar el proyecto y el resto de pinacotecas, como el Museo Nacional de Norman Foster y el nuevo Guggenheim de Frank Gehry, que deberían empezar a construirse “entre 2018 y 2019”, según Nouvel. “El intercambio de información es el único factor que puede hacernos sentir optimistas”, dice el arquitecto. “Proyectos como el Louvre posibilitan un cambio que no sucederá de la noche a la mañana. Pero nos dirigimos hacia una situación en la que se admitirá que el otro, el que piensa distinto, no es automáticamente un infiel o un descreído”.
El acuerdo entre Abu Dabi y Francia, firmado en marzo de 2007, incluye el permiso para usar el nombre del Louvre durante 30 años y seis meses, así como la obligación de prestar obras para las galerías del nuevo museo durante 10 años en una cantidad que irá decreciendo de las 300 actuales, según vaya aumentando su colección permanente, que ya cuenta con más de 600 piezas. El Louvre de Abu Dabi tiene derecho a préstamos para exposiciones temporales durante 15 años. Por todo ello, se acordó el pago de unos 1.000 millones de euros.
El Louvre de Abu Dabi es el primero de los grandes proyectos terminados en la isla de Saadiyat, con la que el emirato pretende incentivar el turismo a través de la cultura. Se prevé la construcción de una sucursal del Guggenheim, diseñada por Frank Gehry, así como el Museo Nacional Zayed, obra de Norman Foster. Para este centro, el emirato había firmado una colaboración con el British Museum, que la institución londinense dio por terminada en octubre. Ambos proyectos están con graves retrasos.
Visto en El Pais de España, La Vanguardia, etc.