Puesta en valor de la Embajada de Francia, antiguo Palacio Ortiz Basualdo

Puesta en valor de la Embajada de Francia, antiguo Palacio Ortiz Basualdo.

  • Trabajaron con la premisa de volver a la forma original de la casa, para recuperar el espíritu que le dio el arquitecto francés Paul Pater, que lo proyectó en 1912.

El equipo de arquitectos formado por Marie Sinizergues, María Paula Báez y Eduardo Carena trabajó para devolver a la casa su espíritu original , en el sentido de recuperar el criterio con el que fue proyectado por el arquitecto francés Paul Pater. Desde hace un año,  se encaró la renovación de la infraestructura, el tratamiento de los exteriores y la recuperación de los interiores, que ofrecen una variedad de estilos.

El plan, está regido con el objetivo puesto  en la conservación, con tratamientos nuevos y específicos. En el interior hay mucho material orgánico sensible a cambios de temperatura y humedad, como boiserie, paredes enteladas, terminaciones en dorado y además su colección pictórica, distribuida en los 800 metros cuadrados que, en planta baja y el primer piso, ocupan los salones de recepción, cada uno se destaca por un estilo diferente. Como la Sala de Baile, Luis XV, donde bajo un cielo raso con figuras mitológicas y arañas de caireles. Elaborados en Francia un siglo atrás, los hierros forjados reciben  la misma  fórmula de la mezcla para dorar que ahora vuelven a preparar.

Se buscan  colores, formas y materiales originales, por eso una decoradora francesa especialista en edificios de valor patrimonial también está a cargo de cambiar telas y muebles por otros de época. Algunos son provistos por  la reserva del mobiliario nacional desde Francia. Quedarán los que datan de la construcción, como una mesa ovalada con 24 sillas y consolas inspiradas en el barroco inglés,  en el Comedor, el que imita al del Palacio Real de Oslo. Esta impronta  impactó al Príncipe de Gales, en 1925 cuando utilizó el edificio como residencia oficial.

Hoy en el siglo XXI, en el aspecto funcional, se suma una cocina profesional y modernización de sanitarios, ascensores y sistemas de seguridad,  para adaptarlos a eventos de la Embajada. El Ministerio de Asuntos Extranjeros dijo que “Francia cuida mucho su patrimonio cultural en todas partes del mundo y junto con su sede de Brasilia son las dos joyas de la región ”, dijo Laurent Daoudal, responsable de Proyectos Inmobiliarios en América del Sur.

El edificio, símbolo de peso arquitectónico e intelectual francés en el Río de la Plata, sobre todo desde el siglo XIX. Hoy, es uno de los últimos palacetes en pie de los  que caracterizaban a Retiro antes de ampliarse la 9 de Julio,  que amenazó su demolición en los 70, pero fue evitada por los ciudadanos porteños y el gobierno francés, que se opuso a vender la propiedad.

Exponente del Beaux-Arts, el edificio es una adaptación de un hôtel particulier , o mansión privada, con cuatro plantas. Diseñado en 1912 por el arquitecto francés Paul Pater – que  también proyectó  el Tigre Club, hoy Museo de Arte de Tigre–, fue terminado en 1918 para la familia de Daniel Ortiz Basualdo y Mercedes Zapiola, pareja de la alta sociedad porteña.  Francia lo adquirió en 1939, cuando instaló allí su embajada.

La Embajada sigue funcionando como siempre, pero se acerca el final de la obra.